domingo, 6 de noviembre de 2011

Algunas consideraciones sobre el "Adar Handi"


Como hemos dicho, el adar handi, es el pabellón de resonancia del instrumento. Por  lo tanto, maximizará el volumen del sonido sin que cambie la frecuencia a la que es emitida cada nota.

Su construcción es siempre de cuerno, que es un material óptimo para este fin, además de ser muy fácil de trabajar. 

Se comentaba que es fácil de obtener un cuerno ya vacío y listo para trabajarlo en cualquier tienda online. Tan simple como comprando uno de los llamados “cuernos vikingos”.  Si optáis  por esta vía de adquisición  pensando que así os ahorrareis el espinoso trabajo de limpieza, lo cierto es que en gran medida es cierto, pero en la parte de la punta donde empieza el hueco del cuerno, suele tener restos orgánicos, con lo cual, una pequeña limpieza no nos la quita nadie.

Si vuestra elección es comenzar desde el principio con un cuerno recién cortado, el trabajo es mucho más engorroso, pero en cualquier caso, os explico un poco los pasos a seguir:

Lo primero, acudir a un matadero o a vuestro carnicero de confianza para agenciaros el susodicho.

Os encontraréis algo desagradable tanto a la vista como al olfato. Os muestro lo que sería un cuerno recién cortado.


Lo primero dejarlo reposar un día entero en una mezcla de 3 partes de agua por una parte de lejía. Comprobaréis la cantidad de sangre, grasa, pelos, espuma de la grasa del cuerno y demás porquería que flotará por el agua. Un asco, vaya..
A continuación meterlo en agua hirviendo. Con esto lo que se consigue es ablandar el cartílago que une la parte queratinosa del cuerno con la parte orgánica. Tras lo cual, y con ayuda de unos alicates de punta saldrá solo.  Tomad la precaución de poneros guantes para agarrar el cuerno, lógicamente quema.  El olor que desprende este proceso es nauseabundo.
El cuerno seguirá estando sucio tanto interior como exteriormente. Un nuevo baño de lejía no le vendrá mal.
Se irán desprendiendo poco  a poco las capas de grasa del interior, cosa que nosotros mismos podemos ayudarle con una lija, cepillo o algo que lo raspe…
Repetiremos el proceso cuantas veces haga falta.
Una vez el interior esté más o menos limpio comenzaremos a limar la parte exterior para afinar un poco el asta y comenzando así el proceso de lima, lija y pulido.
Una vez finalizado el proceso de limado la superficie del cuerno presenta una textura un tanto basta, pero regular:


A continuación pasamos una lija de 180 para regular la superficie presentando este aspecto



Hecho eso se pasa a al lija de 360 y se ve mucho mejor acabado:



Para  finalmente pasar a la lija al agua de 600 consiguiendo un acabado muy bueno.



La elaboración de los ajustes y acabados están explicados ya. Quizá queda comentaros que es posible hacer molduras, dibujos, adornos, líneas… o lo que se quiera en el cuerno. Es un material muy flexible y apto para estos menesteres. En esta ocasión y para emplear nuestro “adar handi” para el “uztarri” que preparamos en el apartado “algunas consideraciones sobre los yugos” decidimos hacerle simplemente dos líneas con ayuda de una lima. No es más que dibujarlas y repasarlas con la herramienta. Sencillo pero elegante que acompaña a las molduras del yugo sin sobrecargarlo.


En la zona superior, en lugar de hacer un acabado a modo de sierra, se decide fabricar algo con líneas más  suaves, mas acorde con el diseño del yugo.Para ello necesitamos dibujar la moldura que pretendemos hacerle.



A partir de aquí, al igual que siempre, con una lima lo vamos modelando:

Primero los dientes

Y luego las curvas.


Finalmente solo queda el barnizado. El objetivo de barnizar es por una parte darle belleza a la pieza y por otro lado protegerla del agua, ya que el asta, al estar compuesto de queratina (como nuestras uñas)  en un 80% aproximadamente, al mojarse se ablanda y pierde consistencia pudiendo incluso llegar a deformarse. Además, como hemos dicho antes, es un material muy flexible, con lo cual también es propenso a las rayas.

Un detalle a tener en cuenta en la elaboración del proceso es que la parte en la que cortamos el cuerno, rara vez tiene el mismo espesor a lo largo de la circunferencia


Pero simplemente con un cepillo mil hojas como éste
 insertado en una amoladora vertical o un taladro, podemos igualar la superficie  en toda la circunferencia sin mayor problema. El aspecto acabado ya seria totalmente regular, que es el objetivo perseguido


Otro problema que podemos corregir respecto a la forma del cuerno natural y también refiriéndonos a la zona de arriba del corte, es que en muchas ocasiones es fácil encontrarnos con que más que una circunferencia, lo que tenemos es una forma ovalada.
En el caso de que fuera exagerada esa tendencia hacia la forma oval, podemos volver a hervir el cuerno, aprovechando que se reblandece y nada mas sacarlo forzarlo con unas sargentas hacia la posición deseada hasta que se enfríe, de manera que el cuerno se vicie hacia esa forma que hemos forzado.
En la foto de abajo se muestra como se redondea el perfil del cuerno con este método. En este caso, utilizo dos trozos sobrantes de cuerno a modo de molde con un trapo entre medias para que no deje marcas en la superficie del asta.


Un par de horas es tiempo suficiente para soltarlo sin que vuelva a su poisición original.

Finalizado todo el proceso ésta es la pieza acabada en esta ocasión. Una pieza de gran belleza. No en vano el asta es utilizado en joyería.







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