miércoles, 5 de octubre de 2011

Algunas consideraciones sobre los yugos

Para la construcción del yugo hemos empleado madera de roble. Es una opción personal. Me parece una madera noble con un bonito veteado. La pega que tiene es la de ser una madera muy dura que resulta muy difícil de trabajar. Antiguamente se usaban maderas de haya, nogal…

En referencia a la forma y diseño de los yugos, El fabricante acostumbra a hacerlos de una manera distinta al resto, presentando así su sello, marca o distinción frente a las otras. En nuestro caso, el distintivo que empleamos es el que hemos visto el apartado de construcción de la alboka, que junto a otro que haremos a continuación será lo que vendrá a ser la característica de nuestras albokas.

Hay que tener en consideración a la hora de su diseño también la longitud exacta de los tubos que vamos a emplear. No tendría lógica preparar una alboka con el lateral plano (donde van los flautines) de 150 cm. de longitud si lo que vamos a utilizar son cañas de 130 cm, o viceversa.

Debemos tener en cuenta también dejar en cada una de las esquinas un pequeño soporte para la sujeción de los cuernos en su caso.

En el caso de la construcción de nuestro “uztarri” hemos visto cómo es el elemento en el que se ensambla tanto tubos como los dos cuernos: el “adar txiki” (la boquilla) y el “adar handi” (pabellón de resonancia). Así son la gran mayoría de las albokas que existen en la actualidad. Sin embargo, antiguamente, y aparentemente más arraigado a la alboka gipuzkoana, se han venido construyendo también albokas con la embocadura de madera en lugar del “adar txiki”. Consistía en una continuación del yugo hasta la boquilla, con lo cual, yugo y boquilla eran una misma pieza. Este tipo de albokas, al ser una pieza de madera mas grande, se puede ensalzar su belleza con un pequeño labrado. A pesar de no ser lo más utilizado, aun se ve alguna alboka de este estilo.

Parece, por tanto, interesante proponer la construcción de  este otro tipo de yugo. Describiremos un ejemplo a continuación.

Comenzaremos el proyecto dibujando más o menos un boceto de lo que queremos conseguir. No hace falta que sea un "dibujazo", sino una simple guía de lo que buscamos, utilizando las medidas del otro tipo de alboka.



Parece ser que lo ideal es obtener tanto el yugo como la boquilla sobre la misma pieza. Con lo cual,  hay que agenciarse una pieza de madera de espesor de 40 mm. que será la parte más ancha que quedará en la boquilla. Repetiremos el proceso que explicamos en la construcción de una alboka de preparar una plantilla de papel y pasarla al trozo de madera.
Seguidamente cortaremos lo remarcado y rebajaremos con ayuda del formón la zona que debe de ser más estrecha, que corresponde de la boquilla para abajo, es decir, el yugo propiamente dicho. Para ésto, si alguien tiene la oportunidad, es mas conveniente utilizar algún medio tecnológico para redudir el espesor del yugo, con un fresado por ejemplo.

Bien, en este caso no va a ser asi. Al no encontrar un trozo de madera de semejante espesor he decidido utilizar de lo que dispongo, que es de una de 20mm. y hacerlo en dos partes: por un lado la boquilla y por otro el yugo, que finalmente uniremos de forma que parezca una única pieza.

Por tanto, como hemos dicho, para la boquilla partiremos de dos trozos de madera de roble de 20mm. pegados entre si. Si alguien quisiera utilizar este mismo proceso, me gustaría advertirle que he utilizado una cola extremadamante fuerte,de las que usan los profesionales en la construcción de mobiliario. No creo que sea suficiente utilizar cola blanca normal.

Esta es la pieza de partida:


Haremos un corte en ángulo en uno de los lados y el otro lo atacaremos con una sierra de corona puesta en el taladro, esto nos guiará para continuar con el rebaje circular de la pieza modelándolo con un  formón




Alguno dirá... ¿y tornearlo? hombre... podría ser una solución, pero lo suyo hubiera sido trabajar yugo y boquilla en una misma pieza, quitando esa posibilidad, que es lo que se pretende mostrar. Pero en principio y si lo vas a hacer por separado no habría ningún problema, claro está.
Bien, continuando con el proceso manual de la boquilla... antes de darle un buen lijado el aspecto que presenta es el siguiente:

No está mal para haber sido modelado con un formón, solo le falta un buen lijado.
Como podéis ver, aún se aprecia la marca de la sierra de corona en la punta, cosa que aprovecharemos para hacer su primera moldura con ayuda de una lima. En este momento la pieza ya empieza a parecer algo...

Es la hora del vaciado. Para ello, comenzaremos taladrando dos agujeros de 10mm que serán los que crucen de lado a lado la boquilla. Hay que tener relativa precisión para que los agujeros coincidan con el lateral sobre los que irán apoyados los tubos.
A continuación vaciaremos introduciendo brocas de distinto diámetro hasta conseguir el ancho que necesitemos… el resto con gubia y lija. Quizá un avellanador o algo que agujeree en forma cónica facilitaría las cosas.






Después, por el lado que será la parte de abajo, realizaremos una especie de ranura con un formón más fino, que será la zona de acople al yugo .



Y ya para acabar con la fabricación de la boquilla le hacemos las molduras que teníamos pensadas según el boceto que presentamos al principio. Otra vez a tirar de formón.

Este es el resultado final

Visto de lado


Visto desde arriba

Aún se nota la junta de las dos piezas, pero no preocupa demasiado ya que una vez pulido, teñido y barnizado no se notara en absoluto. Eso si, como habréis comprobado, esta cola lo aguanta todo golpes de formón con el martillo, taladrados, lijados... No tendremos problemas de que se nos despegue una vez acabado.

Turno del yugo:

Tal y como hicimos en "construcción de una alboka tradicional" dibujamos y recortamos una plantilla de la pieza en un papel, que calcaremos a una  madera de 20 mm. para posteriormente ser cortada.
Hecho esto reducíamos con un formón el centro del dibujo por cosa de estética y lijábamos la pieza entera, aprovechando este momento para realizar una especie de cama donde irán encolados los tubos.

Por tanto, si hemos seguido bien los pasos nos encontraremos en este punto.



Y a partir de aquí, marcamos la guía para seguir el labrado de la madera según el boceto.

Una vez marcado, con la hoja de una sierra hacemos una ranura por las líneas.


Le pegamos un pequeño lijado y preparamos el rebaje donde se acoplara la boquilla. es un trabajo de ajuste, con lo cual, hay que tomarse el tiempo necesario. El resultado de las dos tareas es éste:



Es el momento de meter nuevamente el formón (jeje, no es que sea mi herramienta favorita, pero es lo que conlleva el trabajo manual).

A partir de aquí es una labor minuciosa y medianamente delicada. En nuestro caso con la pega añadida de que estamos trabajando la dureza del roble, lo que dificulta aún más la tarea.


El aspecto que va cogiendo no es nada fino, pero sabemos que eso no nos supone un problema disponiendo de limas y lijas. Con lo cual, finalizado el trabajo de formón, toca pulirlo.
En la zona superior adornamos con unas simples rayas verticales. Podríamos seguir labrando figuras y demás, pero un yugo demasiado recargado podría resultar incluso feo. Cuestión de gustos.


Es el momento de la unión de las dos piezas. Con el ajuste que hemos preparado y la cola que tan buenos resultados nos ha dado procedemos a su unión.

Aplicamos la cola y en el caso de este tipo de adhesivo se aprieta fuertemente. Lo dejo un día entero para que seque perfectamente y el resultado es éste:





Si, parece un pegote. Le sobra material por todos los lados. Sin embargo, esto es lo ideal para a continuación proceder al lijado nivelándolo con el yugo. Las rayas verticales disimularán una de las uniones y el resto ni se aprecian, en cualquier caso, donde parezca que hay fallo, o si alguna unión destacara demasiado, es cuestión de aplicar pasta de color roble. El resultado que obtenemos es excepcional. Parece una única pieza.
 

Acabado nuestro "uztarri", nos cercioramos de que los tubos encajan perfectamente en los agujeros de nuestra embocadura, y en su caso damos el último retoque.









Y ya solo nos queda proteger la madera. Capa de barniz con tinte de roble que ensalce el bonito color de este material. Es una tarea lenta. El barnizado es un mundo que no consiste únicamente en pasar un pincel impregnado con barniz sobre la pieza y a correr...

En nuestro caso, después de un buen lijado,con grano de 1000 se ha aplicado un tapaporos, un fondo con tinte y varias capas de barniz brillo trasnparente, dando una mano de lijado cada vez mas fino entre capa y capa. Con eso conseguimos dar profundidad al color así como un aspecto más regular y brillante. El problema es que al tener que esperar en la aplicación de capas el trabajo se nos dilata en el tiempo. Finalmente, en la última capa se ha pulido con pasta y haciendo ochos con un trapo.

El largo proceso ha merecido la pena y el acabado superficial es muy bueno



Siendo éste el resultado final:


Buen acabado en el que no se nota ninguna  de las uniones que hemos realizado. Como podéis comprobar, el trabajo de la construcción de este tipo de yugos es bastante más costoso que el  anterior. Puede tardar unos cuantos días en elaborarse ya que al proceso de tallado hay que sumar también el tiempo del secado del barniz.
Ya solo te queda elegir el tipo de alboka que vas a fabricar: con yugo independiente al resto del conjunto o  con prolongación hasta la boquilla.



ITXE


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2 comentarios:

  1. la madera donde se puede cojer en aserradero o tipiko centro de brikolaje?

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  2. Los centros típicos de bricolaje tienen maderas de ese espesor, pero si quieres comprar maderas a la carta también las venden online .

    A pesar de que yo utilizo roble, te aconsejo que lo hagas con madera de haya o de nogal, es mas fácil de trabajar y es ademas el material que tradicionalmente se viene usando.

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